El día de ayer domingo 31 de mayo de 2020 fue tremendamente lamentable para la sociedad uruguaya que dejó al desnudo cuanta barbarie anida potencialmente en nuestra sociedad como producto del avance incontenible del consumo de droga y de su secuela inmediata: la criminalidad irracional e indiscriminada contra personas e instituciones proveniente de individuos que presos de su adicción han perdido todos los códigos de racionalidad y de conducta.

También queda al descubierto el gran fracaso de las políticas de seguridad del gobierno anterior para impedir que el narcotráfico terminara arruinando nuestra convivencia, ya que si bien hoy con motivo del Coronavirus muchas personas mayores de 65 años afincadas en Montevideo y particularmente en los barrios de Punta Carretas, Pocitos, Villa Dolores, Buceo, Parque Batlle, La Blanqueada o Tres Cruces deben quedarse en casa por ser población de riesgo, en el cercano ayer de la administración anterior también acostumbraba a hacerlo en proporciones importantes, por miedo a la delincuencia o el maltrato callejero.

Por eso como candidato a Alcalde de Cabildo Abierto por el Municipio CH, que es aquel municipio que más contribuye con la transferencia social de recursos de Montevideo por aportar sus residentes el 40% de la recaudación de la IMM, mientras que su presupuesto municipal es el más bajo de los 8 municipios montevideanos, batallaré en primer lugar por apoyar en los ámbitos de nuestra competencia, toda iniciativa que apunte a la recomposición de los índices de seguridad de nuestro municipio.

Sólo en una atmósfera de aceptable seguridad ciudadana puede darse el clima de armoniosa convivencia que queremos. De otra manera el vecino que en cualquier calle o plaza barrial se encuentre felizmente con otro, no podrá volcarse totalmente a la conversación fructífera concentrado en ahondar el cariño mutuo o la coincidencia en temas municipales a mejorar, porque siempre existirá una constante fuente de dispersión al tener que estar mirando de tanto en tanto para los costados por aprensión, ante el riesgo de ser víctima de acciones violentas contra su persona.